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¿Por qué crónicas Crohn?

By on feb 9, 2014 in crohn |

La blogsfera está llena de enfermos contando sus dolencias y el Crohn no es una excepción. Si tecleamos “Crohn blog” en google la búsqueda nos arroja un montón de resultados tanto en castellano como en inglés. En todos ellos, pacientes, médicos, biólogos y una dependienta de herbolario de Cuenca nos cuentan sus valiosos puntos de vista sobre la enfermedad, sus causas y sus curas. Yo no me veo capaz de hacer todo eso.

Si 14 años sufriendo esta enfermedad -a ratos más y a ratos menos- me han enseñado algo, es que cuando crees que la conoces viene y te sorprende con algo completamente nuevo. Y eso supone que, a día de hoy, puedo intuir su funcionamiento en mi organismo pero no me atrevería a explicarle a nadie los detalles de su caso y, mucho menos, aventurarme con las causas de la enfermedad o sus detalles a nivel biológico. Lo que sí sé es que en todos esos blogs hay un montón de cosas que nadie cuenta y que, cuando se cuentan se cubren con un bonito manto de asepsia para que resulte dulce y asimilable para todos. ¿Saben cual es el problema? El problema es que, por su naturaleza,  esta enfermedad es bastante poco aséptica y, a veces, nada ayuda tanto como descubrir que hay otro ser humano en este planeta al que le escuece el culo, mira sus heces con la ansiedad del broker ante el índice de la bolsa Nikkei y al que, aunque le han hecho diecisiete, le recorre la espalda un millón de escalofríos cada vez que oye la palabra “colonoscopia”. Por eso, cuando descubrí el blog de Ryan en inglés (www.crohnsguy.com) se me ocurrió que no hay nada parecido en castellano y, en uno de mis múltiples viajes al baño empecé a escribir estas “crónicas del Crohn” que, espero, sirvan al menos para que destapemos el edredoncito de la asepsia y la cursilería. A ver si así, pacientes, médicos y familiares nos reímos un poco de las putadas que nos gasta la enfermedad.

Habrá quien cuestione mi decisión de hacer pública mi enfermedad. Lo cierto es que quienes me rodean conocen mi enfermedad porque alguna vez me han visto abrazado a una botella de suero, han asistido a mis ricos banquetes a base de arroz blanco o, tarde o temprano,  he tenido que salir corriendo al baño entre saltitos y explicaciones entrecortadas. Yo no creo que todo aquel que tenga Crohn tenga que “salir del armario” y contarlo públicamente pero sí creo que hace falta empezar a hablar con más normalidad de esta enfermedad y sus derivadas porque, hasta donde yo sé, los “sanos” también cagan, sus cacas no huelen precisamente bien y, en caso de conozcas a alguien que no ha cagado en los últimos años, te recomendaría que le lleves a urgencias antes de que estalle.